Cada vez más mujeres deciden postergar la maternidad por motivos personales, profesionales o de salud. Sin embargo, el reloj biológico sigue su curso. En la Clínica Suizoamericana, la bióloga Ana Laura Díaz, directora del laboratorio de reproducción asistida, explica que gracias a la criopreservación de óvulos hoy es posible “detener el tiempo biológico”, conservando el material genético a la edad actual de la mujer. De esta forma, una mujer que congela sus óvulos a los 30 puede utilizarlos a los 40 con la misma calidad genética.
Cuando las parejas enfrentan dificultades para concebir, los tratamientos de alta complejidad permiten generar embriones en laboratorio, que luego pueden transferirse al útero o analizarse genéticamente para asegurar la salud del futuro bebé. El diagnóstico genético preimplantacional ha revolucionado la medicina reproductiva, ya que permite detectar enfermedades hereditarias o anomalías cromosómicas, como el síndrome de Down, antes de la implantación.
Además, Uruguay avanza en accesibilidad: el Fondo Nacional de Recursos cubre la criopreservación de gametos en pacientes oncológicos, permitiendo que quienes atraviesan tratamientos de quimio o radioterapia puedan preservar su fertilidad. “Hoy la ciencia nos da la posibilidad real de cumplir el sueño de ser padres, incluso después de superar una enfermedad”, destaca Díaz.